Hola a todos y a todas. Aquí os dejo la presentación que hice el pasado jueves a nuestro grupo de alumnas antes de la proyección del documental realizado durante este año, uniendo el Memorial de los republicanos cordobeses deportados a los campos nazis y el hermanamiento con la ciudad de Nuremberg. Fue un momento mágico, irrepetible porque nuestras alumnas emprenden nuevos caminos, aunque siempre estará el Instituto Grupo Cántico de Valdeolleros.
CENTRO
CÍVICO NORTE (VALDEOLLEROS) – JUEVES, 16 DE MAYO DE 2019 – ACTO DE PRESENTACIÓN
DEL TRABAJO “Derechos humanos, memoria y construcción cívica de la paz a partir
del memorial homenajeando a los cordobeses republicanos asesinados en los
campos de exterminio nazis emplazado en la Glorieta de Nuremberg en el barrio
de Valdeolleros”, DENTRO DEL PROYECTO “VALDEOLLEROS, NUESTRO BARRIO” DEL I.E.S.
“GRUPO CÁNTICO”, elaborado por María Soria Giraldo, Irene Guadix Gil, Lucía
Villarejo Centella y Emilia Martínez Jiménez
“Deja
que pasemos, sin miedo”
Buenas tardes a todos
y a todas por estar aquí en esta tarde calurosa del mes de mayo en Córdoba: a
los alumnos y alumnas, a los padres y madres, a los profesores y profesoras, a
los vecinos y vecinas y a todos los representantes de colectivos del barrio. En
primer lugar, agradecer la labor de Juan Gregorio Ramírez y Yolanda Bettioui
Fernández para que pudiéramos estar aquí hoy en este salón de actos.
Hace dos años, el
jueves 1 de junio de 2017, presentamos en este escenario el primer gran hito
hacia el Barrio de Valdeolleros de un proyecto de un viejo y cascarrabias
profesor del Instituto “Grupo Cántico” titulado “Valdeolleros, nuestro Barrio”.
Un excepcional reparto coral de alumnos y alumnas de nuestro Centro, coordinados
por los profesores de Historia aquí presentes (mis compañeros Juan Antonio y
Miguel Ángel), expuso un avance documental de este proyecto. La esencia del
trabajo sigue hoy madura y lentamente avanzando:
-
Una investigación
sobre la historia del Barrio.
-
Entrevistas a vecinos,
colectivos y personalidades de interés.
-
Una apertura de
nuestro Centro hacia el Barrio que lo acoge.
-
Una apuesta por darle
a nuestros alumnos y alumnas algo más que seis horas de clase, “el deseo
histórico”
Siempre digo que el 23
de febrero de 2017 y el 7 de marzo de 2019 son fechas trascendentales para mi
vida y para la historia de mi Centro. Estas alumnas que aquí veis, junto a
otras y otros que ya se fueron, y con otros muchos que vendrán fueron capaces
de poner la excelencia de un pequeño centro educativo público y de barrio en el
máximo templo de la sabiduría, la facultad de Ciencias de la educación de
Sevilla. Todavía no eran conscientes de que estaban dando una conferencia en un
congreso de jóvenes historiadores, que se expresaban oralmente de maravilla
(tanto en castellano como en inglés), que exponían el resultado de un proceso
de investigación histórica al pié de la letra y que llevaban el nombre de su
instituto más allá de sus fronteras. Y estaban haciendo historia.
Hoy es la última vez
que vamos a disfrutar de ellas como integrantes de este proyecto como alumnas
de “Grupo Cántico”. Y les voy a revelar una historia que es a veces mentira y
otras no es verdad. Tengo que sincerizarme con Ustedes. Estoy en una
encrucijada de caminos persiguiendo sombras, buscando sueños. Siempre te dicen
que como profesor no debes cogerle cariño a los alumnos porque cuando se van lo
pasas muy mal. Y así estamos hoy. Estas alumnas han conseguido, con el esfuerzo
de sus compañeros y compañeras, que hoy estemos aquí, que “Valdeolleros,
nuestro Barrio” sea una realidad en nuestro Instituto. No es lo que nosotros
hemos trabajado con ellas, es lo que ellas han hecho por nosotros. Han dedicado
un enorme esfuerzo y un generoso y altruista trabajo a quedarse fuera de horas
de clase, fuera de asignaturas, en recreos, en momentos de materias de otros
profesores, a este sueño que es “Valdeolleros, nuestro barrio”, mientras que sus
compañeros estaban en otras cuitas seguramente más interesantes que ésta. Y no tenían porqué hacerlo. No
necesitan tener mejor nota, porque están Ustedes viendo lo más grande de lo más
grande de nuestro instituto. Lo han hecho porque son buenas personas,
excelentes alumnas, porque tienen unas inquietudes que van más allá de lo
normal, en donde la cultura es santo y seña.
A veces nos miran extrañados los vecinos del
barrio porque estamos con nuestros alumnos por las calles. Por las tardes,
cuando duermen las palomas. Por las tardes, cuando los profesores no hacen
nada. Por las tardes, cuando los alumnos se divierten. Cuando nos cerraban las
limpiadoras las puertas de nuestro Centro, diciéndonos que ya está bien por
hoy. Y ahí han estado ellas, dicen en las locuras de Rafa. Como profesor de Historia
no puedo dejar de sentirme más orgulloso de estas alumnas con las que tengo el
honor de compartir mesa. No siempre se tiene la suerte que tengo yo hoy y que a
Ustedes les tiene que dar envidia. Porque estas alumnas llegarán muy lejos.
Esperen que recorran un poco más del camino machadiano de la vida.
A Emilia fue a la primera que conocí y le di
clase, de Naturales encima. El comentario de su hermana Carmen no lo olvidaré,
“Rafa. Mi hermana es tonta. No te digo que le gusta venir a la escuela y estudiar”.
A Irene la conocí un año más tarde, como a las
restantes, pero tenía unos apellidos de lujo para nuestro centro, Guadix Gil.
Todo terremoto, actividad, nervio… Todo un placer.
A Lucía fue la última en conocerla.
Hormiguita, hormiguita, hormiguita. El reto fue que hablara al público, como
ahora comprobarán.
Por último, mi querida e insustituible María,
a quien conocí a través de la referencia de una alumna que en primero ya había
escrito una obra de teatro. Toda una Queen, toda una genialidad de las palabras.
Como cuando os leía a Luis García Montero en
el poema “Los viejos cascarrabias son tan peligrosos como los jóvenes sin
historia” (en Un invierno propio
(Consideraciones) de 2011)
“Al dejarme escuchar
y al dejarme cuidarlos,
al revivir con ellos la historia que heredaba,
mía como la luz y la tiniebla
de la ciudad donde fui niño,
los viejos me enseñaron a creer en los
jóvenes”
Había un mapa imaginario, un libro sin final.
El camino estaba ya trazado y algo nos impedía andar. Llegasteis vosotras. Y aquí
nos dejáis “a bordo, ligero de equipaje, como los hijos de la mar” (Antonio
Machado, Campos de Castilla, 1907-1917).
Señores, señoras, tengo el placer, el orgullo
y el honor como Director del Instituto “Grupo Cántico” de Valdeolleros de
presentarles a Emilia Martínez, Irene Guadix, María Soria y Lucía Villarejo.
Córdoba, a las diecinueve horas de la tarde
del miércoles, 15 de mayo de 2019.