8 de marzo de 2021. Por una mayor visibilización del papel de la mujer en nuestra sociedad. Aportaciones desde el I.E.S. “Grupo Cántico”.

 

Un día más sin ser un día más. No debería ser un día “D”, sino uno más de los 365 días del año. Como todos los cursos conmemoramos en nuestro Centro el día de la mujer, otro de los días señalados por la Junta de Andalucía como de realización de actividades de especial interés y recogidas en el Plan de Igualdad de hombres y mujeres de la misma. Pero no es un día más ni son unas actividades más. Aunque en determinados medios de comunicación tengamos que seguir viendo y leyendo que el 8 – M es el causante de la pandemia covid en España y falacias por el estilo, creo que lo que verdaderamente irrita a una parte de nuestra sociedad (espero que cada vez más minoritaria) es la mayor visibilización de la mujer y de su importancia en nuestro mundo, el empoderamiento que la mujer ha hecho de sí misma y su valentía por salir a la calle y decir que “aquí estoy yo”. Parece como si a algunos hombres todavía esto les doliera, lo sintieran como una agresión. Si todos y todas somos iguales en nuestra sociedad, ¿cuál es el problema para los hombres? Si no, ¿cómo explicamos la destrucción de un mural feminista una y otra vez con mujeres como Frida, Gata…?

Yo trabajo con muchas compañeras y compañeros. Y es un enorme placer ver cómo muchas de ellas y de ellos, verdaderamente comprometidas/os, no tienen ningún complejo en trabajar este tema, a darle visibilidad, a compartirlo con sus alumnos y sus alumnas. No nos están quitando ningún espacio a los hombres. El espacio es de los dos. Y escuchar el relato y todo aquello que tienen que decir muchas mujeres sigue siendo un placer. Esta semana ha aparecido en el periódico nuestra compañera Carmen Palacios como ejemplo de esta labor incansable en una entrevista titulada “Hay que apoyar los modelos positivos de masculinidad”[1]:

“Aunque indudablemente se ha avanzado en este sentido pero lo cierto es que hay que seguir recordando que la mujer no es un objeto, que no es una pertenencia de nadie. Aún es necesario el empoderamiento, la visibilidad, hay que seguir recordando la brecha salarial, el reparto de tareas del hogar, el techo de cristal y muy importante bajo mi punto de vista hacer visibles también las nuevas masculinidades que siempre han existido pero se han ocultado. Para ello es muy necesaria una educación en todos los ámbitos donde están creciendo, madurando y formándose nuestras niñas y niños (…) El 8 de marzo es una manifestación, una acción, un hecho, para visibilizar y reflexionar sobre la necesidad de seguir construyendo una sociedad cada vez más coeducativa. Reivindico el término sororidad, una alianza entre mujeres y hombres por un mismo objetivo, la igualdad y la inclusión”

 

En nuestro centro se han llevado a cabo numerosas actividades coordinadas por nuestra compañera Mercedes Porras, coordinadora de igualdad en el instituto: encuentros, concursos de fotografía de mujeres comerciantes del barrio, historias de violencia contra las mujeres, talleres, relatos… Y de dos de las actividades desarrolladas en el día de hoy (taller “Háblame de amor y no me cuentes cuentos”, con la escritora Ana Vega; y charla con Ana Llorente, madre de la escritora y cantante recientemente fallecida, Gata Cattana), ambas magníficas, las dos horas finales de la mañana escuchando a Ana Llorente hablar, recordar, conmemorar la figura de su hija con los alumnos y alumnas de 3º “A” y las profesoras acompañantes (Isabel Alijo, Mercedes Porras, Mireia Arévalo, María José Muñoz) me ha hecho sentir que soy muy afortunado estando rodeado de tan extraordinarias mujeres y hombres. Ver cómo esta madre se despedía de nosotros agradeciéndonos que la hayamos invitado al centro, que recordemos a su hija… no se paga con nada. Seremos recordados si alguien habla de nosotros. “Que mi nombre no se borre de la historia”, comienza lapidariamente La voz dormida de Dulce Chacón. El valor que Ana le ha dado a la palabra y a la transmisión oral de historias de vida, de anécdotas, de conocimientos... me lleva a un mundo en donde no hace falta tener todas las tecnologías del mundo para dar “likes”, tener miles de seguidores, ser “influencer”, o tener un millón de amigos virtuales. Lo mismo ser creativo es, también, recitar un poema con el suficiente desgarro del alma para que el interlocutor/a que te está escuchando, físicamente delante de ti, interiorice que la vida son cuatro días y tres ya han pasado; seamos felices, como nos espetaba el difunto Pau Dones. La palabra, la poesía, la historia y las historias, muestran a nuestros alumnos y alumnas que detrás de los grandes hechos, fórmulas y acontecimientos hay personas de carne y hueso que las han protagonizado, que las han escrito o que las  han vivido. He entrevistado a muchos viejecitos y viejecitas para algunos de mis libros, y no hay mejor momento que cuando estás sentado junto a ellos, viéndoles como se sienten importantes porque les estás haciendo ser importantes, porque les estás escuchando su pequeña vida, su pequeña intrahistoria unamuniana que sumada a otra, a otra, a otra… hace que nuestro discurrir vital tenga sentido. Un poema, probablemente el escrito más duro de leer, un comentario, nos ha llevado de la emocionante y emocionada voz de Ana a conectar con ese infinito personal, literario y musical que poseía su hija. Poquito mayor que nuestros alumnos y alumnas de 3º. Y esto nos hace ver que, aunque los critiquemos, les demos caña, nuestros jóvenes adolescentes, como en todos los tiempos, serán los que nos lleven luz a las tinieblas. No serán todos y todas, pero todos y todas participarán de la historia. Por ello, mejor ser protagonista que receptor crítico injusto de lo que nunca me atreveré a hacer, escribir, vivir…

Y estas experiencias son posibles porque los centros educativos públicos acogen este tipo de actividades, son espacios abiertos a sensibilidades diversas y heterogéneas que nos llenan nuestro disco duro de la memoria, no sólo con aquello que queremos oir, sino, fundamentalmente, con aquello que no nos gusta. Porque, aunque parezca mentira, siempre hay un momento para la ternura y la cultura. Y Gata nos lo ha transmitido a través de la voz de su madre:

“Es esto lo que hay que contar.

Ha llegado la hora de engendrar

El más alegre de los cantos

Para combatir la retaguardia.

Hay que acabar con el derrotismo

Y el lamento estéril,

Con el ombliguismo y el cinismo

Despiadado.

Camaradas,

Hay que acabar con la poesía triste definitivamente.

Aunque para ello tengáis que matarme”

(“Después del Big bang”)

 

Y, entre todos los poemas recitados, uno destaca por encima del resto: “Me despido”.

 

“Me despido, y no como aquel que se despide

Vacío, hueco, no como ese que se relame

Ante pareceres dispares, ante adioses que

Sólo son hastaluegos.

Me voy como lo que vine, como la antítesis

De lo ario, de lo puro, como aquel susto

Que se repite, y no por no prevenirlo, sino

Porque siempre es esperado.

Me voy y no sé lo que dejo: ¿amor?, ¿pena?,

¿alegría?, ¿sollozo?, ¿taciturnidad?, ¿apatía?,

¿desazón?, ¿éxtasis?

No sé, ¿vacío?

Dejar, dejo ¿NO?

 

¿Qué sería de la gloria sin el legado?

Pues eso, que me piro, pero como aquel

Que se va sin caminar,

Con la sensación de que el camino es corto,

Vamos, que me ha sabido a poco;

Como aquel que corre como en sueños, sin moverse.

 

Me voy y no sé lo que dejo,

Pero sí lo que me llevo:

Me llevo ese nosotros, esa identidad

Hacia algo que hace que no tenga identidad,

Que hace al hacer, que hace deshaciendo.

 

Desde tu masa cubierta de cráneo,

Desde lo que queda en ti y sólo en ti,

No extrapolable a otro tú,

Sino en tu tú, en se y por se,

Quedará un yo, ese yo que sólo aparecerá

Con un olor, con una risa, una nota,

Un libro, una persona, un ruido, un silencio,

Y, lo más importante, un pensamiento.

 

Sólo cuando este cúmulo de pareceres

Intangibles sea una masa que se simbiotice

Con la masa cubierta de tu cráneo, que a su vez

Quede simbiotizada con tu cuello,

Solo ahí no me habré ido”

 

Qué pena que las Parcas se llevaran tan joven a esta prometedora poeta. Sobran las palabras. Emociones que sólo un momento especial lo ha hecho posible. Muchas gracias Ana, muchas gracias queridos alumnos y alumnas, muchas gracias compañeras por haber hecho que esta mujer nos transmitiera un momento de felicidad. Muchas gracias, Gata. Esto es “Grupo Cántico”.

 

 















 



[1] https://www.diariocordoba.com/noticias/educacion/maria-carmen-palacios-hay-apoyar-modelos-positivos-masculinidad_1413898.html?fbclid=IwAR3nihpZkaXsdjHIpLi5kmqsjNqTDI5gXvMTFecVBBAeeS-v0jFvAlrRt0M

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