Un día más sin ser un día más. No debería ser un día “D”, sino uno más de los 365 días del año. Como todos los cursos conmemoramos en nuestro Centro el día de la mujer, otro de los días señalados por la Junta de Andalucía como de realización de actividades de especial interés y recogidas en el Plan de Igualdad de hombres y mujeres de la misma. Pero no es un día más ni son unas actividades más. Aunque en determinados medios de comunicación tengamos que seguir viendo y leyendo que el 8 – M es el causante de la pandemia covid en España y falacias por el estilo, creo que lo que verdaderamente irrita a una parte de nuestra sociedad (espero que cada vez más minoritaria) es la mayor visibilización de la mujer y de su importancia en nuestro mundo, el empoderamiento que la mujer ha hecho de sí misma y su valentía por salir a la calle y decir que “aquí estoy yo”. Parece como si a algunos hombres todavía esto les doliera, lo sintieran como una agresión. Si todos y todas somos iguales en nuestra sociedad, ¿cuál es el problema para los hombres? Si no, ¿cómo explicamos la destrucción de un mural feminista una y otra vez con mujeres como Frida, Gata…?
Yo trabajo con muchas compañeras y compañeros. Y es un enorme placer ver cómo muchas de ellas y de ellos, verdaderamente comprometidas/os, no tienen ningún complejo en trabajar este tema, a darle visibilidad, a compartirlo con sus alumnos y sus alumnas. No nos están quitando ningún espacio a los hombres. El espacio es de los dos. Y escuchar el relato y todo aquello que tienen que decir muchas mujeres sigue siendo un placer. Esta semana ha aparecido en el periódico nuestra compañera Carmen Palacios como ejemplo de esta labor incansable en una entrevista titulada “Hay que apoyar los modelos positivos de masculinidad”[1]:
“Aunque indudablemente se ha
avanzado en este sentido pero lo cierto es que hay que seguir recordando que la
mujer no es un objeto, que no es una pertenencia de nadie. Aún es necesario el
empoderamiento, la visibilidad, hay que seguir recordando la brecha salarial,
el reparto de tareas del hogar, el techo de cristal y muy importante bajo mi
punto de vista hacer visibles también las nuevas masculinidades que siempre han
existido pero se han ocultado. Para ello es muy necesaria una educación en
todos los ámbitos donde están creciendo, madurando y formándose nuestras niñas
y niños (…) El 8 de marzo es una manifestación, una acción, un hecho, para
visibilizar y reflexionar sobre la necesidad de seguir construyendo una
sociedad cada vez más coeducativa. Reivindico el término sororidad, una alianza
entre mujeres y hombres por un mismo objetivo, la igualdad y la inclusión”
En nuestro centro se han llevado a cabo
numerosas actividades coordinadas por nuestra compañera Mercedes Porras,
coordinadora de igualdad en el instituto: encuentros, concursos de fotografía
de mujeres comerciantes del barrio, historias de violencia contra las mujeres, talleres,
relatos… Y de dos de las actividades desarrolladas en el día de hoy (taller
“Háblame de amor y no me cuentes cuentos”, con la escritora Ana Vega; y charla
con Ana Llorente, madre de la escritora y cantante recientemente fallecida,
Gata Cattana), ambas magníficas, las dos horas finales de la mañana escuchando
a Ana Llorente hablar, recordar, conmemorar la figura de su hija con los
alumnos y alumnas de 3º “A” y las profesoras acompañantes (Isabel Alijo,
Mercedes Porras, Mireia Arévalo, María José Muñoz) me ha hecho sentir que soy
muy afortunado estando rodeado de tan extraordinarias mujeres y hombres. Ver cómo
esta madre se despedía de nosotros agradeciéndonos que la hayamos invitado al
centro, que recordemos a su hija… no se paga con nada. Seremos recordados si
alguien habla de nosotros. “Que mi nombre no se borre de la historia”, comienza
lapidariamente La voz dormida de
Dulce Chacón. El valor que Ana le ha dado a la palabra y a la transmisión oral
de historias de vida, de anécdotas, de conocimientos... me lleva a un mundo en
donde no hace falta tener todas las tecnologías del mundo para dar “likes”,
tener miles de seguidores, ser “influencer”, o tener un millón de amigos
virtuales. Lo mismo ser creativo es, también, recitar un poema con el
suficiente desgarro del alma para que el interlocutor/a que te está escuchando,
físicamente delante de ti, interiorice que la vida son cuatro días y tres ya
han pasado; seamos felices, como nos espetaba el difunto Pau Dones. La palabra,
la poesía, la historia y las historias, muestran a nuestros alumnos y alumnas
que detrás de los grandes hechos, fórmulas y acontecimientos hay personas de
carne y hueso que las han protagonizado, que las han escrito o que las han vivido. He entrevistado a muchos
viejecitos y viejecitas para algunos de mis libros, y no hay mejor momento que
cuando estás sentado junto a ellos, viéndoles como se sienten importantes
porque les estás haciendo ser importantes, porque les estás escuchando su
pequeña vida, su pequeña intrahistoria unamuniana que sumada a otra, a otra, a
otra… hace que nuestro discurrir vital tenga sentido. Un poema, probablemente
el escrito más duro de leer, un comentario, nos ha llevado de la emocionante y
emocionada voz de Ana a conectar con ese infinito personal, literario y musical
que poseía su hija. Poquito mayor que nuestros alumnos y alumnas de 3º. Y esto
nos hace ver que, aunque los critiquemos, les demos caña, nuestros jóvenes
adolescentes, como en todos los tiempos, serán los que nos lleven luz a las
tinieblas. No serán todos y todas, pero todos y todas participarán de la
historia. Por ello, mejor ser protagonista que receptor crítico injusto de lo
que nunca me atreveré a hacer, escribir, vivir…
Y estas experiencias son posibles porque
los centros educativos públicos acogen este tipo de actividades, son espacios
abiertos a sensibilidades diversas y heterogéneas que nos llenan nuestro disco
duro de la memoria, no sólo con aquello que queremos oir, sino,
fundamentalmente, con aquello que no nos gusta. Porque, aunque parezca mentira,
siempre hay un momento para la ternura y la cultura. Y Gata nos lo ha
transmitido a través de la voz de su madre:
“Es esto lo que hay que contar.
Ha llegado la hora de engendrar
El más alegre de los cantos
Para combatir la retaguardia.
Hay que acabar con el derrotismo
Y el lamento estéril,
Con el ombliguismo y el cinismo
Despiadado.
Camaradas,
Hay que acabar con la poesía triste
definitivamente.
Aunque para ello tengáis que matarme”
(“Después del Big bang”)
Y, entre todos los poemas recitados, uno
destaca por encima del resto: “Me despido”.
“Me despido, y no como aquel que se
despide
Vacío, hueco, no como ese que se relame
Ante pareceres dispares, ante adioses
que
Sólo son hastaluegos.
Me voy como lo que vine, como la
antítesis
De lo ario, de lo puro, como aquel susto
Que se repite, y no por no prevenirlo,
sino
Porque siempre es esperado.
Me voy y no sé lo que dejo: ¿amor?,
¿pena?,
¿alegría?, ¿sollozo?, ¿taciturnidad?,
¿apatía?,
¿desazón?, ¿éxtasis?
No sé, ¿vacío?
Dejar, dejo ¿NO?
¿Qué sería de la gloria sin el legado?
Pues eso, que me piro, pero como aquel
Que se va sin caminar,
Con la sensación de que el camino es
corto,
Vamos, que me ha sabido a poco;
Como aquel que corre como en sueños, sin
moverse.
Me voy y no sé lo que dejo,
Pero sí lo que me llevo:
Me llevo ese nosotros, esa identidad
Hacia algo que hace que no tenga
identidad,
Que hace al hacer, que hace deshaciendo.
Desde tu masa cubierta de cráneo,
Desde lo que queda en ti y sólo en ti,
No extrapolable a otro tú,
Sino en tu tú, en se y por se,
Quedará un yo, ese yo que sólo aparecerá
Con un olor, con una risa, una nota,
Un libro, una persona, un ruido, un
silencio,
Y, lo más importante, un pensamiento.
Sólo cuando este cúmulo de pareceres
Intangibles sea una masa que se
simbiotice
Con la masa cubierta de tu cráneo, que a
su vez
Quede simbiotizada con tu cuello,
Solo ahí no me habré ido”
Qué pena que las Parcas se llevaran tan
joven a esta prometedora poeta. Sobran las palabras. Emociones que sólo un
momento especial lo ha hecho posible. Muchas gracias Ana, muchas gracias
queridos alumnos y alumnas, muchas gracias compañeras por haber hecho que esta
mujer nos transmitiera un momento de felicidad. Muchas gracias, Gata. Esto es
“Grupo Cántico”.
[1] https://www.diariocordoba.com/noticias/educacion/maria-carmen-palacios-hay-apoyar-modelos-positivos-masculinidad_1413898.html?fbclid=IwAR3nihpZkaXsdjHIpLi5kmqsjNqTDI5gXvMTFecVBBAeeS-v0jFvAlrRt0M
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