“¿PARA QUÉ ESTUDIAR MATERIAS INÚTILES?” UNA
REFLEXIÓN DESDE EL MUNDO DEL ARTE EN NUESTRO INSTITUTO”, por Manuel García Cruz
y Rafael González Requena.
Para ser antes que para producir.
Para ser tolerante, participativo,
solidario.
Para tener una vida propia, y no la del
sistema.
Para aprender a no discriminar a nadie.
Para poder estudiar Historia y no tener que
dar explicaciones.
Para ver un cuadro blanco sobre fondo
blanco.
Para escribir un poema a una persona
querida.
Para que la música calme mi alma.
Para poder elegir en esta vida.
Para que mi vecino no sea mi enemiga.
Para no llamar feminazi a mi hermana y a mi
madre.
Para ser demócrata.
El arte, la historia, el barrio de Valdeolleros. Sesiones vespertinas de aprendizaje nos han proporcionado una excusa para escribir unas líneas en defensa de todo aquello que no tiene porqué conducir a ganar mucho dinero para no sé qué ser más feliz en la vida; que no conduce a estudiar algo superproductivo, emprendedor o empresarial, sino que ocupa el centro de nuestras vidas sin saberlo. De pequeños queríamos ser artistas, toreros, futbolistas. Un par de entrevistas realizadas durante este curso nos permiten demostrar que, seguramente, estamos muy equivocados. José María Serrano y María Ortega han sido dos artistas (escultor y pintora) que han pasado por nuestro centro este curso. Sendas entrevistas realizadas por el alumnado del programa “Andalucía profundiza. Valdeolleros, nuestro Barrio” nos proporcionan un material de reflexión que no dejará indiferente a nadie. Lectura para momentos introspectivos. Comencemos.
MARÍA ORTEGA ESTEPA (Córdoba, 1983)
María Ortega Estepa es una joven pintora cordobesa que ha realizado una intervención artística en la entrada de nuestro centro dentro del programa “Impulsa” de la Junta de Andalucía. Enamorada de la naturaleza, de los tonos verdes, de la alegría de vivir desarrolla una carrera artística centrada en la actualidad en intervenciones pictóricas en los más pintorescos y variados espacios, como fachadas de edificios, colegios, centros penitenciarios, hospitales… en donde desarrolla su particular visión de arte terapia aprendido con los años. Aprovechando su trabajo en el centro, el grupo de alumnos/as del programa “Andalucía profundiza” que trabaja sobre la historia de Valdeolleros empleando las fuentes orales como documentación histórica le realizó una entrevista de la que ofrecemos un extracto en función de la temática del artículo, ¿por qué el arte?
¿Has tenido que estudiar algo específico para
tu trabajo? ¿Cuál ha sido tu formación?
Yo me formé en Bellas Artes en Sevilla. Estuve
un año en Milán, en donde fui de Erasmus. Pero la formación en murales la he
aprendido sola, porque allí no te dan nada en Sevilla. Hay una asignatura de
aplicación mural, pero la metodología es muy antigua. Y el tema del graffiti,
del spray… lo he ido aprendiendo sola. Cuando quieres algo, te averiguas las
habichuelas para conseguirlo, vas probando y, sin miedo. Sobre todo, no tener
miedo.
¿Cómo te sientes mientras estas pintando?
Me siento de muchos estados, porque, a lo
mejor, yo puedo estar sola en mi estudio pintando un cuadro y la emoción me
puede llevar incluso, a veces, a algo nostálgico, triste. Pero estoy tan a
gusto trabajando, que esa es la emoción de ese día. Otro día puede ser algo más
eufórico. Por supuesto, la felicidad. En el día de hoy me encuentro
sorprendida, porque yo soy la primera que cuando me alejo y veo cómo ha
cambiado el espacio, aunque lo hayamos hecho entre todos y la propuesta haya
sido mía, soy la primera sorprendida. Ahora le decía a Manolo que parece como
si no estuviera aquí. Entonces, cuando yo salgo de las obras que hago, soy la
primera que me sorprendo y eso es muy bonito también.
¿Cómo ves el papel del artista en la sociedad
actual? ¿Se puede vivir del arte? ¿Quiénes son tus mecenas? ¿Y tus clientes?
Lo veo superimportante. Muchas veces nos están
cortando la manera de
protesta, de comunicación. Y, además, los murales son un objeto de denuncia muy interesante:
los graffitis, las frases… Te estás moviendo en un mundo que lo cuentas por
ahí, porque, si no, te meterían en la cárcel. Haces un graffiti no porque es un
acto vandálico, sino porque es una herramienta para la denuncia social.
¿Por qué no te has centrado sólo en un perfil?
(solo murales, solo collages, solo arte terapia….)
Va un poco por estadios. Cuando terminé la
carrera era una pintora de cuadros, por así decirlo, porque no sabía entonces
todo el campo que existe. Al final la vida te va colocando en determinadas
fases y en
algunos sitios. Ahora estoy volcada en esta parte. Como os conté esta mañana,
voy a trabajar en la prisión. Estoy, sobre todo, con murales buscando
la incidencia social, porque hay espacios que necesitan cambios. Y ahora mismo
tengo la energía ahí porque creo que tiene que ser ahora. No sé lo que estaré
haciendo dentro de cinco o diez años. Pero es la vida, las sorpresas que te va
dando también.
¿Por qué usas casi siempre los mismos colores?
¿Por qué siempre paisajes?
La naturaleza es el lenguaje en el que yo me
encuentro cómoda. Siempre digo que trabajo con su poética, yo no digo que
traslado la naturaleza tal cual, sino que traslado lo que a mí me transmite. Y
los colores no es que yo lo haga de forma premeditada, a veces ni lo pienso. Es
mi gama cromática de siempre. No he estudiado para que esto funcione, sino que
he ido probando y es con lo que al final yo me encuentro cómoda.
¿Por qué decidiste trabajar con Arte
terapia? ¿Cuál fue el motivo por el que
empezaste a trabajar en esa línea?
Mi madre es maestra y mi padre es psicólogo.
Yo he nacido en un seno familiar relacionado con la enseñanza y la terapia y
siempre lo he tenido a mi alcance. Siempre he pensado que el arte tiene un
poder supergrande de comunicación. Yo trabajo con personas que, a lo mejor, no
se pueden comunicar verbalmente, pero a través del arte nos comunicamos.
Trabajo con personas con parálisis cerebral y hay una técnica en concreto que
funciona, y ves el poder que tiene trabajar con barro, trabajar con pintura,
trabajar con la danza, todo lo que es el arte en su amplitud. Entonces, cuando
ya he visto que existía el arte terapia, pienso que esto es lo que yo he soñado
siempre, que va a funcionar. Me formé durante dos años y voy trabajando
bastante también.
En tu trabajo hay una dimensión social muy
importante. ¿Qué significa la incidencia del arte en la sociedad para ti?
¿Puede ayudar el arte a transformar nuestra sociedad?
El arte es una herramienta de comunicación, de
comunicación de un barrio, de una persona que a lo mejor no la han dejado
expresarse en su vida…
Tienes obras con los colectivos Mena, pueblo
saharaui, personas adultas con discapacidad intelectual, campos de refugiados…
Háblanos sobre qué te aporta el trabajo con estas personas y colectivos,
normalmente marginados o discriminados en nuestra sociedad actual.
El trabajo con ellos es maravilloso siempre.
Siempre aprendes algo y te ayuda mucho a empatizar, a conectar con otra persona
que tiene una realidad distinta a la tuya. Te hace ver que todos somos iguales.
A mí me ayuda mucho a ponerme al lado de las personas, ni arriba ni abajo.
Cómo has visto trabajar en el mundo del arte
siendo mujer.
Mujer y madre, además. Como mujer es
interesante, porque no se ve normalmente una mujer que maneje una grúa. Y los
comentarios que hay que escuchar yo siempre me pregunto si se los harían a un
hombre: “¡Chiquilla, qué te vas a caer!”, “Pero tú manejas eso” No contesto,
pero me hace reflexionar mucho. Luego, no hay muchas mujeres que nos dediquemos
al muralismo o al graffiti. Pasa como todo lo que ha pasado en la historia del
arte con las mujeres artistas, la invisibilización. Y mucho más en el arte
urbano, que se asocia a los hombres. Pero eso está cambiando. Estamos en un
punto al alza. Yo estoy ahora mismo comisariando un concurso de arte urbano de
mujeres, al igual que el año pasado. Y se encendió la luz y se lo comuniqué al
Ayuntamiento: “Tenéis que hacer este concurso de mujeres sólo para mujeres,
porque no lo hay”. Pero cada vez hay más mujeres haciendo cosas.
Y cuando eres madre, es un plus. Cuando decidí
ser madre, sí que tenía claro que no quería dejar todo por lo que yo había
luchado, no quería quedarme atrás, porque muchas compañeras se han quedado
atrás. En mi caso personal, tengo la suerte de tener a mi lado una persona que
en conciliación vamos al 50%, pero me gustaría preguntarle a las que se han
quedado atrás, porqué se han quedado atrás. Yo creo que la respuesta va al
revés. Para mí, este trabajo es como si fuese a la oficina. Por la mañana voy
al trabajo, por la tarde voy a recoger a las niñas y así…
¿Qué ha significado esta intervención en
nuestro centro para ti?
Era un reto, porque el formato era también muy
diferente. Yo estoy acostumbrada a que cuando voy a centros educativos sea lo
típico, muros más alargados, muros más diferentes. Pero cuando me propusieron
la entrada del instituto, la verdad es que para mí fue como entre un honor y un
superreto. Es como si tienes una varita mágica. Te dan este espacio y
transfórmalo. Era un regalo. También venía con mi parte de nervios por si iba a
funcionar o no. Luego, yo soy una persona muy segura. Y en el arte no hay que
tener miedo. Hay que probar todo, porque ¿si no lo probamos en el arte, dónde
lo vamos a probar? Pero reconozco que venía con mi cosilla. Pero ha sido un día
maravilloso, habéis colaborado un montón. Cuando me mandaron las plantillas con
lo que habíais hecho, la relación con el entorno me pareció una maravilla. Me
voy muy contenta.
Nuestro compañero Manuel García apuntilla la
declaración de María.
Esto no es decorar la fachada, sino una
intervención. Lo que hemos hecho hoy no es ni una pintura mural, ni siquiera un
graffiti. Hemos hecho una intervención artística porque hemos modificado un
espacio que ya existía a través del graffiti o del spray, pero al final se ha
producido un cambio en el entorno que yo digo que no estamos decorando, sino
que estamos humanizando el espacio. ¿Por qué se humaniza el espacio?
Probablemente, cuando entréis ahora o mañana, el estado de ánimo que teníais
con respecto al que tenéis ahora, la situación cambia, ya sea positivo o
negativo, pero cambio. ¿Qué tiene eso que ver con las emociones del ser humano?
Se humanizan los espacios. Es algo mucho más grande que pintar o decorar, y eso
se consigue con el arte.
Cuando tú decoras es porque habitas. Haciendo
esto creo que estamos habitando y mejorando el centro un poquito más. ¿Qué
opinas de habitar los sitios?
Ese sentido de habitar tiene que ver con el
sentido comunitario que ha tenido la actividad. Ha habido muchas manos
trabajando a la vez, ha habido mucha complicidad. Aquí hay algo más que estar
pintando. Aquí hay una energía super bonita, compañerismo, una ilusión muy
grande cuando habéis salido… Eso tiene
que ver con habitar, convivir… en un espacio en el que vais a venir todos los
días. Muchas veces estáis aquí más horas que en vuestra propia casa. Qué menos
que estéis en un ambiente agradable y que, además, lo hayáis hecho vosotros. Yo
creo que ha sido un proyecto muy completo.
Qué duda cabe que la intervención artística de María Ortega sentará cátedra en las actuaciones plásticas dentro de nuestro centro y aportará vías a nuestros jóvenes estudiantes para que vean y sientan el arte contemporáneo.
JOSÉ MARÍA SERRANO (Córdoba, 1972)
José María Serrano forma parte de la investigación que realizamos dentro del proyecto “Valdeolleros, nuestro Barrio”, en concreto, a partir de su emblema escultórico del Vial de Córdoba, “Vientos de cambio” (2002). Llevábamos más de un año detrás de esta entrevista, pero el confinamiento lo truncó. Sin embargo, este pasado 13 de mayo de 2021 pudimos compartir con él toda una sesión del programa “Andalucía profundiza” en el Paseo de Córdoba, compartiendo vivencias y experiencias artísticas de las cuales sólo podemos ofrecer un pequeño fragmento en este artículo. Escultor curtido en el arte figurativo, domina la materia y el material como pocos en Córdoba, formando parte de una sugerente corriente artística denominada “Córdoba contemporánea” junto a artistas como José Manuel Belmonte, Francisco Arroyo, José Luis Muñoz, Pepe Puntas… que pudimos disfrutar en la magna exposición “Islas al mediodía” en la sala Vimcorsa el año pasado. De la amplitud de su obra, nosotros estábamos especialmente interesados en “Vientos de cambio”, su grupo en el Vial. Si en un principio esa era nuestra intención al entrevistarlo, la variedad y heterogeneidad de temas tratados sorprenderá gratamente a nuestros lectores. Veámoslo.
Buenas tardes José María. Muy satisfechos
de poder compartir esta charla con Usted.
Una pregunta que no le habrán realizado nunca ¿A quién se le llama hoy artista?
¿Por qué la escultura?
Hoy en día la palabra artista está un poco
degenerada. Todo vale. Todo el mundo se siente artista. Y es muy distinto el
tener oficio a no tenerlo. Yo creo que ahí está la clave. Cualquiera que se
considere artista, que haga algo de la nada, para mí es un artista. Que el resultado
sea mejor o sea peor, es otra cosa. Eso ya es el tiempo el que tiene que
decirlo, no somos ni nosotros siquiera. Es el tiempo el que habla.
¿De dónde le viene su pasión por la
escultura?
Yo no elegí la escultura, creo que la
escultura me eligió a mí. A mí me encanta el arte; desde pequeño he estado
dibujando, leyendo mucho, teniendo mucha relación con los cómics, con el cine,
con un montón de actividades en las cuales la creatividad era importante.
¿Cómo se forma un escultor? ¿Se nace o se
hace? ¿Dónde se estudia?
Hoy en día todo se relativiza. Hay quien piensa que no es necesario tener una base grande de conocimientos. Yo creo que sí. Que para ser Picasso hay que empezar a pintar como pintaba el padre de Picasso para poder llegar a hacer lo que hacía. Porque Picasso pintaba como su padre cuando tenía ocho años. Luego puedes llegar dónde quieras, pero la base la tienes que tener. Por ejemplo, si lo trasladamos a otra disciplina, la literatura, ¿entendéis que alguien que no sepa añadir un verbo a un sujeto y a un predicado puede ser escritor? Tiene que saber las reglas. ¿Qué pasaría –lo dice muy bien Rodin en su testamento- del mejor de los poetas si se va a otro país y desconociera la lengua? (…) Al principio, cuando yo empecé, creía que todos teníamos ese alma de artista, que todos éramos capaces de crear. En verdad, todos tenemos un potencial, pero no todos tenemos el mismo (…) En realidad, hoy en día cualquiera puede ser artista. Los cauces legales o más fiables son directamente la Facultad de Bellas Artes. Aquí no sólo te enseñan unas técnicas, sino una forma de ver el arte y entenderlo. Eso es lo que carecen otras disciplinas (…) Bellas Artes te ofrece un título. Por ejemplo, yo soy profesor. Luego un curso de adaptación pedagógica y puedo ser profesor. Pero ¿qué me dice ese título? Sólo que he estudiado y tengo los conocimientos básicos, que los poseo y puedo transmitirlos. Pero ¿dice que soy artista? No lo dice. No lo puede decir. Dice que tengo estudios. Que soy artista lo puede decir mi obra, mi trabajo. Hoy en día hay muchos artistas que ni han estudiado ni han estado en Bellas Artes, que se proclaman “autodidactas” (aquel que empieza algo sin tener referencias ninguna) ¿Cuántos autodidactas creéis que puede haber hoy en día? Ninguno. ¿Quién es autodidacta hoy si todo te está llenando de referencias? La mayoría de los que se llaman autodidactas no es verdad. Tienen referencias. Quieres copiar eso que has visto. Eso no es autodidacta. Autodidacta es el que está en una cueva sin tener referencia de lo que hay alrededor y empieza a trabajar y hace algo distinto. De esos veo pocos. De los otros veo muchos, que además lo que hacen es copiar lo que han visto, lo reproducen y “hay que ver que inteligencia e idea tan bonita que he tenido”
Todo artista tiene sus influencias. ¿Cuáles
son las suyas?
Tengo muchas influencias, soy de mi época.
Yo nací en el 72 (1972) con el auge del cine, con las películas de los ochenta
(Superman, Star wars, E.T.). Muchos de mi generación decimos que llegamos antes
a John Williams que a la música de Mozart (…)
Es un ir y venir. Por ejemplo, mis grandes referentes en la escultura son
la época clásica, Fidias; Miguel Ángel. Para mí no hay artista más grande que
Miguel Ángel.
¿Qué es la belleza (artística) para Usted?
Lo que hace que no seamos animales. Es el
único punto en el que el hombre se diferencia del animal. El arte, la
creatividad… Es la única razón que puede hacernos avanzar poquito a poco, pero
avanzar hasta un límite. Pero poco, porque como especie estamos limitados.
¿Cómo definiría su obra?
Tengo mucha complicación a la hora de
explicar esto, porque lo que a mí me gusta es no hablar de mi obra, sino que la
obra hable sola. Te puedo hablar de lo que estoy haciendo, porqué lo estoy
haciendo, pero una vez que la acabo la obra vive sola. Si la obra no cuenta lo
que quiere, la obra no tiene sentido. Mi camino está en poder llevarla a cabo.
Una vez que la termino, y la obra está en su sitio, la obra tiene que hablar
sola. Pero si te puedo decir, porque
intuyo lo que me preguntas… Pero es que es complicado… No sabría decirte con
claridad.
(José María) Usted divide sus producción
artística en tres categorías (“Escultura”, “Homínidos” y “Obra
fantástica”) ¿Con cuál se siente más a
gusto y por qué?
Las divido en tres partes porque son cosas
muy claras, muy concretas. Los “Homínidos” es una serie que empecé simplemente
por conocimiento, por saber, por datar (…) La otra, la de los seres
fantásticos, es conocer de dónde
venimos, del momento en el que yo empecé a crecer, a leer esos libros de cine
fantástico… y ese tipo de figuras es el que me mueve a mí. Cuando tengo un
rato, lo que hago es una escultura fantástica porque me apetece, simplemente
por gusto. Fijaros; los primeros días de la pandemia, cuando nos cerramos todos
en casa, yo tenía varios proyectos. Una de las cosas que hice fue aislarme de
todos esos proyectos y empecé a modelar lo que salía. Y salió un “baby Djaba”.
Salió, y eso es lo maravilloso. Cuando salía con mi niño (tiene ya 17 años) me
propuse hacer un dibujo cada día allí donde saliera con él. Él jugaba y yo me
llevaba mi bloc y allí dibujaba. Al principio es mucho lío porque hay mucho
ruido y la gente te molesta, pero luego se acostumbran y te dejan dibujar sin
problemas. Y la verdad es que es increíble ese momento de creación pura. Y
siempre digo que el día que no dibujo es un día perdido. Todos los días dibujo,
o bien un garabato, aunque venga cansado del taller. Un dibujo tengo que hacer.
¿Se puede vivir siendo escultor hoy día en
Córdoba? ¿Para quién trabaja? ¿Quiénes son sus clientes?
Muy justito. No es un mundo… Cuando vemos al
artista delante de su obra pensamos que esto es un mundo idílico, que muy bien,
que la fama… Pero no es eso así. Siempre cuesta más trabajo, siempre hay muchas
historias. Pero, bueno, sobrevivo que no es poco, es mucho. Cuando yo salí de
la facultad tenía muchos compañeros, a lo mejor de una clase de 200, cuatro o
cinco se dedican a la pintura. Sólo. Así que yo me dedique a la escultura es un
lujo. Además que es un lujo, es un auténtico lujo. Yo estaría pagando por hacer
lo que hago. Si yo tuviera otro trabajo, pagaría. Y encima lo hago, y me pagan.
Que pagan poco, bien; pero pagan. Hay veces que se gana más, y veces que se
gana menos.
¿Cuáles son los principales lugares en los
que ha expuesto o en dónde podemos contemplar obras suyas?
Los principales lugares en donde puedes ver
obra mía es en la calle. Allí es donde me gusta más ver mi obra. Incluso las
obras de imaginería, donde más me gusta verlas es en la calle. Y no os podéis
ni imaginar el lujazo que es para mí pasear por aquí y ver las caras de la
gente cuando ve mi obra. Porque a mí no me conocen. Me conocéis vosotros ahora
mismo, pero si me quito la mascarilla no me conocéis, ni vosotros ni nadie. Yo
puedo estar sentado ahí y la gente aquí, criticando la obra y yo escuchando lo
que están diciendo. Es una gozada. A veces es triste, porque la gente dice
cosas que no entiende, pero no es la mayoría de las veces. Cuando la gente
entiende la obra, que es la gran mayoría, se nota.
¿Cómo definiría estilística y
artísticamente esta obra, “Vientos de cambio”? ¿Nos puede explicar porqué el
padre tiene esas dimensiones y esas características formales y el hijo otras
totalmente distintas?
El padre es el superhombre que ha crecido tanto por mirarse tanto al ombligo dentro del universo, cuando no somos nada más que la hormiga. No podemos hacernos más preguntas que las que permite nuestra especie; no podemos hacernos preguntas de un ser superior, porque no lo somos. Y luego el niño es el ancla con el arte contemporáneo, que tiene la divergencia de que ahora se huye de la figuración. Se piensa que el arte contemporáneo es otra cosa. No. Para ser un artista hay que conocer lo clásico. Lo clásico es eso: el niño crecerá, se deformará, pero la base tiene que tenerla, y es esa. La base es la figuración, es la naturaleza. Recomiendo a todos que os leáis un testamento, el testamento artístico de Rodin. Yo, cuando tengo un bajón, porque los tengo. Hay veces que te comes el mundo y hay veces que el mundo te come a ti, entonces, en esos momentos, leo el testamento de Rodin, porque me corrobora que llevo razón, que voy por el buen camino. Y en ese testamento Rodin empieza por “Jóvenes que aspiráis a la belleza, la naturaleza es la única diosa”. Si os lo leéis y me mandáis algo al correo, os estaría agradecido eternamente (en otro artículo desarrollaremos todos los pequeños detalles con los que nos obsequió José María para entender esta obra)
¿Qué significó el confinamiento para un
escultor como Usted? ¿Cómo ha sobrellevado este largo año? ¿Cómo cree que será
la vida después de la pandemia y, concretamente, la suya como escultor?
Cuando uno crea, no crea acompañado. Los
artistas creamos cada uno solos, en nuestra habitación, en nuestro taller, en
nuestra casa, en nuestro estudio… Ahí es donde en verdad se crea. Te puedes
inspirar en cualquier sitio, aquí con vosotros; me puede venir la inspiración
de una figura, de algo. Pero donde se crea es en casa. Entonces, yo toda mi
vida, en realidad, he estado confinado. Nunca he estado mal, siempre he estado
bien donde estaba. Muchas veces mis amigos me llamaban y me decían “Vamos a
salir, vamos a ir a tal lado” y a mí me costaba trabajo, porque estaba creando.
Y me cuesta más salir que estar. Y, prácticamente, el confinamiento para mí ha
sido continuar. Me ha dado la oportunidad de dejar algunas cosas paradas y
poder hacer lo que quisiera, modelar y hacer una figura. Eso me lo ha permitido
durante algunos meses el confinamiento. Pero estar encerrado en mi casa, para
mí es lo normal. Eso no es un esfuerzo para mí.
¿Qué visión piensa que tienen las personas
del arte contemporáneo en general y en Córdoba en particular?
Me hacéis unas preguntas tremendas porque
necesitaría dos horas para desarrollar todo lo que tengo en la cabeza. El arte
contemporáneo, por definición, está claro. Es el arte que se está haciendo en
la actualidad. En el arte contemporáneo tiene cabida todo tipo de arte: desde
el arte abstracto hasta el arte más figurativo o hiperrealista que pueda haber.
La fotografía, ¿puede haber algo más realista? Tiene cabida todo. Qué es lo que
pasa. Que hay una disyuntiva entre figuración y abstracción. Hay una pelea y es
absurdo. Desde el siglo XIX cuando empiezan los impresionistas a hacer un tipo
de obra que se salía de lo establecido, de lo clásico. Veníamos de una época en
la que el Clasicismo, el curro, el trabajo en el estudio, el aprendiz tenía que
aprender en el taller… Llegamos a un momento en el que la pintura tenía que ser
un mural inmenso, figurativa, superexpresiva, colorista, muy potente, en donde
la pintura parecía que había llegado a un límite de técnica. Pero llegan los
impresionistas y te dan un golpe en la cara y cambian el mundo del arte. El
arte tiene muchas formas, tiene muchas formas de expresar las cosas y de
sentirlas. La pintura siempre está viva, porque va a depender siempre del que
la mira, no del que la hace. Parece que es más importante el que mira que el
que pinta. Para algunos; yo sigo pensando que no.
Todo cambia y ahora tenemos un dilema. Por
ejemplo, hablando de Córdoba. Córdoba es una ciudad que es un pueblo, una
ciudad pequeñita. No tiene la magnificencia que Madrid o Barcelona o Bilbao.
Córdoba siempre ha estado viviendo de las tradiciones. Pero viviendo de ellas,
sin apoyarlas. Una cosa es aprovecharse de tus tradiciones y otra, apoyar tus
tradiciones. Aquí no se ha aprovechado la tradición, sino el vivir de ella. No
se ha buscado apoyar y apostar por la cultura. Se ha intentado vivir de la
cultura, no de la cultura nueva, sino de la que había. Nosotros no tenemos
playa, pero vendemos cultura. Una falsa cultura. Vendemos monumentos y vendemos
cosas que apoyan a los monumentos. Tenemos una Córdoba cateta. Y nos hemos
acostumbrado a vivir de eso, a creer que eso es arte. Y somos unos catetos,
porque nadie nos ha enseñado cuál es el arte; no ha interesado. Ha interesado
que la gente viva de eso. ¿Cogéis facebook, las redes y... qué veis de Córdoba?
Hoy, en mayo, flores. Pero Córdoba no es sólo eso, es muchísimo más. La
cantidad de directores de cine, de artistas, de músicos que hay en Córdoba es
increíble. Y no los vemos. Vemos a los dos punteros que cada político aprovecha
a esos artistas que ya se han consagrado para hacerse la foto. Pero no está
apoyando a los chavales que están ahí enfrente, que están estudiando porque
verdaderamente le gusta la música. Que estudian cuatro años y a los cuatro años
le dan una patada en el culo y le dicen “apañaros la vida, porque no tenéis
espacio aquí” Y eso está pasando, es real. Dedicas cuatro años de tu vida a
hacer un esfuerzo, a llevar los estudios y tus clases de instrumento, que es
una barbaridad con ocho años. Y cuando ya tienes interés en verdad por la
música, te cierran las puertas. ¿Eso es la música? Te pongo el ejemplo de la
música porque estamos aquí al lado del conservatorio, pero te puedo poner miles
de ejemplos en el campo del arte.
¿Qué le diría a jóvenes como nosotros/as
para que se interesaran por el arte y la escultura?
No creo que yo os deba decir nada para que
os intereséis por el arte y por la escultura, porque al que de verdad le
interesa el arte, no hace falta que yo le diga nada. Solo va a surgir. Si yo te
tuviese que decir algo para que te tirara de verdad este mundo, es que te falta
un poquito para llegar a eso.
Pero veo por dónde va la pregunta y te voy a
contestar. El mundo del arte es muy complicado. Yo no voy a ser falso. Es
difícil, es muy complicado, me veis aquí como creador, estoy trabajando mucho,
hasta me veis con gente famosa… Pero os he dicho que salí de la facultad y, que
yo sepa, a la escultura no se ha dedicado nadie. De pintura son cuatro o cinco.
El resto se ha quedado en el camino. Porque es duro, y, sobre todo, los
comienzos son supercomplicados. Pero hay una cosa que no se puede evitar:
cuando uno tiene la necesidad de hacerlo, da igual todos los problemas, todas
las complicaciones, da igual todo. Lo he dicho muchas veces pero no lo
entiendes hasta que estás en este mundo: para mí, modelar, crear, coger un
lápiz… es como respirar. Yo no lo hago porque sea mi trabajo, lo hago porque
necesito hacerlo. Hay mucha diferencia. No te tengo que decir nada. Lo que
consigues cuando creas algo vale por todos los problemas, todas las
dificultades, todas las lágrimas que has soltado en el camino, vale la pena
cuando acabas la obra. Pero vale la pena de verdad. Aunque no cobres, aunque
estés casi al punto de morirte al hacer la escultura, una vez que la haces la
satisfacción es enorme. No os puedo decir más. Si hay ganas, no hay que
desecharlo jamás.
¿QUÉ PIENSAN NUESTROS ALUMNOS Y ALUMNAS?
Debemos dejar la entrevista con José María en este apartado, pero no queremos sustraeros del coloquio que tuvimos artista-alumnos/as-profesores/as una vez terminada la misma. Fue un momento muy especial, porque rara vez un alumno/a está frente a frente con un artista consagrado y, mucho menos, dialogando afablemente entre todos nosotros. Para favorecer el coloquio, José María planteó varias preguntas al alumnado:
- Qué pensáis que es el arte.
- Qué pensáis que son los artistas después de haberme conocido a mí.
- Qué te gustaría hacer y qué crees que vas a ser en el futuro.
Y este es el resultado.
David Segura: “A mí me gustaría ser, en primer lugar, buena persona; y después, como trabajo, policía”
Javier Fernández: “Yo quiero ser profesor y creo y quiero que lo puedo hacer… Yo pienso que el arte está muy infravalorado en la actualidad. Se tiene que dar más en los institutos. Es una cosa esencial para la vida”
Paula Cordón: “A mí me gustaría ser profesora de Primaria y pienso que el arte es una forma que tienen las personas de comunicarse. Hay personas que no entienden este lenguaje, pero si nos esmeramos un poco, podemos observar que es muy bonito”
Irene Castro: “Desde que pasaba de pequeñita por aquí, lo primero que me llamaba la atención es que el Señor es muy grande. Después de la entrevista me ha quedado más claro lo que querías expresar. El arte nos quiere decir muchas cosas, pero la gente interpreta el arte de diversas formas. A mí siempre me ha gustado el arte, la música; es mi arte preferido… Me gustaría ser veterinaria porque desde muy pequeña he tratado con animales y me gustan mucho; cuando voy al campo o a algún lugar en donde hay animales, me encanta estar rodeado de ellos”
Esther Sanz: “A mí de mayor me gustaría ser notaria, para ganar bastante dinero y no quedarme en la ruina, y mantener a mis padres si tienen algún problema económico. Antes de ser notaria, a lo mejor paso por una fase de ser niñera… [Si tuvieses todo el dinero del mundo y no tuvieras una preocupación económica] a lo mejor sería artista. Eso es lo que tienes que tener claro. Haz lo que tu corazón te diga. Sé feliz (José María)”
Alba Jiménez: “A mí me gusta como el artista refleja sus sentimientos en su obra”
Marcos Ríos: “Yo no me vería capaz de transmitir un mensaje o lo que siento en un momento en una escultura, en una pintura, en un dibujo. Creo que los que se dedican al arte son personas honorables, ya que el hecho de transmitir un mensaje en un papel no lo tiene cualquiera… Tienes que nacer para eso, para poder triunfar”
Manuel García: “Me gusta saber mucho sobre el papel del arte en la educación. A lo largo del tiempo me he tenido que ir construyendo la idea importante de enseñar arte o no. Y esa importancia mucha gente (los compañeros, la familia…) lo canaliza mal enfocándolo sólo desde la utilidad. ¿Eso para qué sirve? ¿Para qué sirven unas asignaturas?, para qué sirven otras asignaturas analizando vuestro futuro. Sin embargo, de lo que se trata es de amueblaros vuestra cabeza. Todo el mundo escucha música. Habrá que plantear para qué sirve. Lee libros, ve series. No sé. Vosotros ¿qué pensáis sobre estudiar cosas inútiles?”
Lucía Jiménez: “Porque en un futuro no te van a servir para nada. Por ejemplo, en la carrera que yo quiero hacer, de qué me sirve saber una función cuadrática. ¿Para qué te sirve escuchar música? (Manuel). Para tranquilizarme, para concentrarme, para encontrar mi yo interior. Entonces, ¿tienes que estudiar música? Bueno, es que esa es la carrera que yo quiero hacer.
“Yo tenía un profesor de latín y una vez un alumno le preguntó que para que servía estudiar latín. El profesor le contestó que, para ser de Cabra, le servía para tener un gentilicio un poco más decente” (José María Serrano)
“Nada de lo que estudiamos es inútil. Por ejemplo, en Plástica recuerdo una vez que ese edificio que tenemos ahí antes ha tenido que ser dibujado, y para eso sirve la Plástica. Música, todo el mundo escucha música. Todas las asignaturas que damos en el colegio nos van a servir en un futuro para algo” (Paula Cordón)
“Todo lo que aprendemos no es que sea inútil, todo nos sirve para culturizarnos más o menos, pero lo que tú tienes, algunas cosas te gustan más y otras menos. Pero por lo menos, las que no te gustan ya las tienes aprendidas. Y ya te quedas con lo que verdaderamente te importa, lo desarrollas y lo llevas a tu área” (Irene Castro)
“¡Hombre José María, que me han dicho que eres artista! Pero, a qué te dedicas. Ves, por eso nos llevábamos tan mal. No entendía que disfrutar en tu trabajo, podía ser un trabajo. ¿Es que hay que ir a sufrir a un trabajo? Pues no. Esa profesora me dijo a mí, en mi cara, que no iba a ser nunca nada en la vida, que iba a ser un fracaso como persona. A lo mejor como persona sí, pero como artista no” (Una profesora de José María a José María en la reunión de los 25 años en el Instituto Góngora)
Alba Jiménez: “Yo pienso que de
pequeños no sabemos todavía lo que nos gusta y el trabajo no lo tiene tan claro
(José María lo niega: “Sí que lo tenéis”). Lo que sí sé es que con lo que nos
enseñáis la gente lo tiene más claro. Si tú no has dado Geografía e Historia,
no vas a saber lo que te gusta realmente. “Sirve para darte referencias” (José María Serrano)
En fin, como se ha demostrado en las páginas precedentes, hada es inútil, especialmente la experiencia artística. Y, para concluir, qué escribió Auguste Rodin en su testamento artístico para ser referente vital y plástico para los jóvenes que quieren dedicarse al arte. Aquí tenéis un fragmento. Disfrutar con su lectura.
“TESTAMENTO A LOS JÓVENES CREADORES” DE
AUGUSTE RODIN
“Jóvenes que quieren ser oficiantes de la belleza,
quizá les guste encontrar aquí el resumen de una larga experiencia.
Amen devotamente a los maestros que les precedieron.
Inclínense delante de Fidias y de Michelangelo.
Admiren la divina serenidad de uno, la brutal
angustia del otro. La admiración es un vino generoso para los espíritus nobles.
Cuídense, sin embargo, de imitar a sus mayores.
Respetuosos de la tradición, sepan discernir lo que
ella encierra de eternamente fecundo: el amor a la Naturaleza y la sinceridad.
Éstas son las dos fuertes pasiones de los genios (…)
EI arte no es más que sentimiento. Pero sin la
ciencia de los volúmenes, de las proporciones de los colores, sin la dirección
de la mano, el sentimiento más vivo se paraliza. ¿Qué llegará a ser el gran
poeta en un país extranjero del que ignora la lengua? En la nueva generación de
artistas, hay un número de poetas que, desgraciadamente, rechazan aprender a
hablarla. Por eso no hacen más que balbucear.
¡Paciencia! No cuenten con la inspiración. No
existe. Las únicas cualidades del artista son sensatez, atención, sinceridad,
voluntad. Realicen su tarea como obreros honestos.
Sean verdaderos, jóvenes. Pero eso no significa que
sean meramente exactos. Hay una exactitud de base: la de la fotografía y la del
vaciado. EI arte no comienza más que con la verdad interior. Que todas sus
formas, todos sus colores, traduzcan sentimientos (…)
EI gran punto es conmoverse, amar, esperar,
estremecerse, vivir. ¡Ser hombre antes que ser artista! La verdadera elocuencia
se burla de la elocuencia, decía Pascal. EI verdadero arte se burla del arte
(…)
No pierdan su tiempo en anudar relaciones mundanas o
políticas. Verán a muchos de sus compañeros arribar por la intriga a los
honores y a la fortuna: no son verdaderos artistas. Algunos entre ellos son,
sin embargo, muy inteligentes y si ustedes emprenden la lucha con ellos sobre
el mismo terreno, consumirán tanto tiempo como ellos mismos, es decir, toda su
existencia: no les quedará entonces más de un minuto para ser artistas. Amen
apasionadamente su misión. No hay en ella más belleza (…)
EI verdadero artista expresa siempre lo que piensa a
riesgo de atropellar todos los prejuicios establecidos. Enseña así la franqueza
a sus semejantes. Ahora bien, ¡imaginemos qué maravillosos progresos se
realizarían de pronto si la veracidad absoluta reinara entre los hombres!
¡Ah, qué rápido se libraría la sociedad de los
errores y las bajezas que habría confesado y con qué rapidez nuestra tierra se
volvería un Paraíso!”
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