“HABÍA UNA VEZ”
Alumnado de PMAR de 3º de la E.S.O. y profesores/as del proyecto “Vivir
y sentir el
patrimonio.
“¿Qué es el patrimonio?”, “¿Qué es el arte?”, “¿Es el Instituto un
recurso patrimonial?”, “¿Y el barrio?” son preguntas recurrentes que nos hemos
formulado en el proyecto “Vivir y sentir el patrimonio” antes de empezar a
trabajar. Muchas veces existe una confusión de términos, otras una
identificación... Una primera intención en el trabajo a realizar consistió en
acercar a nuestros alumnos/as al concepto de patrimonio desde el punto de vista
de las fuentes orales. Como profesores/as, introducimos la literatura oral para
que el alumno/a se sintiera más cercano y cómodo ante el concepto de
patrimonio, vinculado a unas características básicas: excepcional, monumental,
estético, temporal, diverso, identitario y vivido/compartido (José Manuel
Cuenca). Este último elemento ha permitido generar una serie de testimonios que
nos acercan al concepto de vivencia, interiorización e identidad del concepto “patrimonio”,
que han conducido al alumnado tanto a la mejor comprensión del concepto, como a
la consideración de porqué el instituto es un recurso patrimonial, al igual que
el barrio. Sólo se valora aquello que se considera propio y configura la
identidad como persona, como pueblo, como país. Esta selección de testimonios
así lo confirma.
Selección de fragmentos de los testimonios de los profesores/as realizada
por los alumnos de 3º de PMAR
ADELAIDA CÓRDOBA
Selección de Cristian Sánchez y Francisco
Javier Almazán
“Sé que ocurrió así puesto que mi tía, siendo muy
jovencita pudo ver cómo sacaban a la Virgen [de las Angustias] de su templo;
ante aquella escena comenzó a gritar pero poco pudo hacer. Desde entonces, la
gente del barrio vivió con pena la falta de su Virgen, de su identidad, de su
patrimonio. Se resignaron a visitarla en otro lugar, el que no le correspondía
y al que no consideraban su casa (…) Esta
es mi experiencia con un bien patrimonial, como os he comentado más allá del
fervor, la creencia, la religión. Cuando visito esta iglesia y contemplo esta
Virgen puedo ver la lucha de un barrio por conseguir un objetivo, una lucha de
años sin caer en el olvido pero sobre todo, la lucha de no perder su identidad.”
MARCOS CAÑAS
Selección de Miguel Ángel Gordo y Miriam
Roldán
“Lo primero que me llamaba la atención de
esa zona era que muchos lugares tenían nombre de pintores o arquitectos (Pintor
Torrado, Reinoso, Monserrat, etc.). Así sucedía incluso con mi nuevo colegio,
que seguro muchos de vostr@s conocéis por haber estudiado allí: el Hernán Ruiz
(…) El cambio al instituto parecía ser una exigencia más, como si
estuviéramos en un proceso de cambio que marcaba alguna especie de
transformación, aunque seguíamos siendo muy niños. Al menos así lo veía yo (…)
Y sí, digo San Álvaro porque para muchas de nuestras familias en aquel tiempo
era difícil acostumbrarse al nuevo nombre: el que fuera un antiguo colegio se
convirtió en el I.E.S. “Grupo Cántico” a partir del año 2.000 (…) Volvería
al Grupo Cántico con otros compañeros de prácticas para empezar a aprender a
ser profesores. ¡No os podéis ni imaginar qué sensación tan curiosa era volver
a estas aulas desde el otro lado! Lo cierto es que lo vi muy mejorado, con más
recursos que en aquellos primeros años, si bien lo mejor era reencontrarse con
antiguos profes que nos habían dado clase y vernos reflejados en varios de los
muchachos y muchachas sentados en los que fueron nuestros sitios.”
RAFAEL GONZÁLEZ
Selección de Soledad Caballero y Yenci
Noelia García
“Nuestros padres prácticamente estaban todo el día
trabajando, y cuando volvían del curro se metían en la taberna hasta las
tantas. Casi todos sus oficios eran manuales: carpinteros, albañiles, comerciantes…
Yo casi no veía a mi padre, salvo cuando me llevaba con él a trabajar. Nuestra
educación estaba en manos de nuestras madres, de nuestras queridas madres a las
que volvíamos locas con nuestras travesuras. Nos levantaban por la mañana, nos
llevaban al cole, nos recogían, nos daban de comer, nos volvían a llevar al
cole, nos volvían a recoger, nos daban la merienda, nos dejaban jugar, nos
ayudaban en las tareas, nos lavaban, nos daban de cenar y nos despedían el día
con el más dulce de los besos (…) La ciudad de Córdoba para nosotros era un
misterio, porque prácticamente no la pisábamos, como no fuera para la feria de
mayo en la Victoria o la feria de septiembre en la Fuensanta. Además, estaba
muy lejos, tanto que decíamos que era ir a Córdoba. Para mí, como niño pequeño
era una cueva llena de misterios, secretos y curiosidades. Éramos pobres, pero
dignos. Y la parroquia era la institución encargada de ocupar el papel que debieran
ocupar las instituciones públicas, muy especialmente en los temas relacionados
con la cultura. Nunca he creído ni nunca creeré, pero como casi toda mi
generación, me vi obligado a asistir a clases de religión católica, hacer la
primera comunión y demás festividades cristianas. Pero, como cucos que son los
curas, tenían algunas actividades a las que todos podíamos acudir. Una muy
concreta llamó la atención de mis padres, “Visitas culturales”
ISABEL ALIJO
Selección de Isaac Cerrillo y José Luis
Hernando
“HABÍA UNA VEZ…
Podría preguntarme por qué es esa expresión tan significativa
para mí. ¿Qué evocan esas tres palabras? ¿Qué tienen de mágicas? La respuesta
no tarda en aparecer. Ambas engloban dos conceptos que, desde mi punto de
vista, son muy importantes para todos nosotros y que debemos mimar como un
tesoro precioso y preciado. Simbolizan PATRIMONIO y MEMORIA COLECTIVA (…) Cada vez que escucho las palabras HABÍA UNA
VEZ algo muta dentro de mí. Rápidamente mi “cuerpo y alma” se preparan para
adentrarse en un mundo maravilloso, el mundo de la narración oral. Desde
que tengo recuerdos, éstos vienen asociados a las historias que me han contado
mis abuelos, mis padres, amigos, profesores, etc. Y esas historias me han
configurado y me han ayudado a ser quien soy. En parte, es por eso que a mí me
encanta escuchar. A través de la escucha activa se aprenden universos nuevos y
a través de la narración se ordena y coloca uno en el mundo (…) “Y a pesar de
todo esto que os estoy contando, no puedo recordar mi primer cuento. Pero sí la
sensación de estar en los brazos de mi abuelo paterno, que a pesar de ser un
maestro de escuela bastante serio, guardaba para sus nietos momentos de ensueño
en los que las palabras cobraban todo el protagonismo. Nos contaba cuentos y
luego nos traía su raído diccionario y nos decía que ahí estaban todas las
palabras del mundo y que, bien trabadas, podrían construir infinitas aventuras.
Siempre me maravilló su constancia con su estudio del diccionario. ¿Podéis
creeros que se lo sabía de memoria? A veces me pedía que le preguntase
cualquier palabra al azar para repasar. A mis hermanos y a mí nos maravillaba.
Y a nuestros amigos les costaba creernos. Cuando fuimos lo suficientemente
mayores para tener unos ahorrillos le compramos para Reyes un diccionario
nuevo. Nunca jamás suplantó a su viejo y raído compañero, pero nos lo agradeció
muchísimo”
JAVIER ARIAS
Selección de Fátima Maidem
“No fue hasta que volví de una estancia de tres meses
en Lisboa (una ciudad maravillosa de la que podríamos hablar otro día)
que me di cuenta de lo realmente bonita que luce la Mezquita bien iluminada por
la noche o el Alcázar. En ocasiones, necesitamos echar un poco de menos nuestro
patrimonio para redescubrir.”
Selección de fragmentos de los testimonios
de los alumnos/as de 3º de PMAR realizada por los profesores/a
Francisco Javier Almazán
“Hace varios
años más o menos en el 2010 cuando estaba en Córdoba me dijeron que íbamos a
visitar un sitio muy chulo. Al principio pensé que no me iba a gustar mucho ese
sitio y que iba hacer algo aburrido. Al llegar a ese sitio, desde lejos se
podía ver porque era super alto; pero yo seguía diciendo que era algo aburrido
hasta que entramos a ese lugar. Al final
acabé flipando, ya que estaba en la mezquita. Había un patio super chulo y
super grande y varias fuentes que me llamaron la atención y había muchos
árboles, pero al pasar el rato en ese sitio me empecé a aburrir. Pero mi padre me dijo que le siguiera y había
un sitio dentro de la mezquita que era una sala que al entrar había muchos
arcos con columnas”
Miriam Roldán
“Todavía me
acuerdo bien del día que fui de excursión a Medina Azahara en primaria, quinto
exactamente. Fue un día lleno de diversión y sobre todo curiosidades porque era
la primera vez que iba a ese lugar con mis profesores y compañeros de clase. Contaban
que Medina Azahara era una ciudad que mandó el primer califa de Córdoba a construir y estaba construida a unos 8 km
de Córdoba capital. Me llamó mucho la atención la historia que había en ese
lugar antiguamente, los videos que nos ponían representando la ciudad. En ese
momento no pensaba que aquello podía significar patrimonio, aunque a lo mejor
escuché la palabra, pero a día de hoy que lo hemos estudiado más a fondo sé que
lo que vi aquel día es patrimonio, ya que se ve que es una parte de la ciudad
muy importante”
Fátima Maidem
“Salimos de
Arcila por la noche para llegar a Casablanca por la mañana para rezar en la
mezquita. Cuando entramos a la mezquita todo era por dentro precioso. Me
encantó, era todo grandísimo. Al llegar la hora de rezar se oía la oración,
espectacular. La gente super educada,
generosa, etc. Había mujeres dándonos la
bienvenida. Cuando terminamos fuimos a desayunar por ahí, a un café junto a la playa”
Miguel Ángel Gordo
“Lo primero
que vi o sentí como Patrimonio fue mi paso de semana santa, que es La Paz y Esperanza, pero lo que más me
motivó fue el Cristo de la Humildad y Paciencia. Estaba muy bien cuidado con
detalles que jamás había visto, por eso decidí un día ser hermano de esa hermandad que me llamaba
la atención, cuando lo veía el miércoles santo. Y recuerdo perfectamente ese
día; era un martes del 2016 que fue mi primer año en salir y recuerdo
perfectamente que a mitad del camino me empezó a doler la cabeza porque era mi
primer día. Y ahora os voy a dejar una foto de mi Cristo y de la Virgen. Yo
pienso que ese paso es uno de los mejores de Córdoba. Y estoy orgulloso de que
esta hermandad salga el miércoles santo. Y me trae felicidad”
Ruth Jiménez
“Para mí es
el cante flamenco o cante gitano no es solo un patrimonio para nosotros, ya que
también nos vinculamos y a través de ahí expresamos nuestras emociones. Y os preguntaréis por qué al cantar nos
emocionamos y la razón por la que le ponemos tantas ganas y sentimos lo que contamos. Y no sólo eso sino que
también contamos historias que no han sucedido tiempo atrás o hace poco, y
muchas de ellas la cantamos como si fuera una historia llena de sentimientos,
por ejemplo nuestras penas, las risas, el amor o cuando nos enamoramos, o fracasamos.
Muchas de nuestras canciones, coplas o cantes muestran sentimientos de nuestras
familias que más queremos, y también cantamos canciones dedicadas para alguien
especial. Todos los cantes los dedicamos
hacías nuestras familias y amigos y para todo el mundo para que nos oiga y poder liberarnos de nuestras emociones”
Soledad Córdoba
“La primera
vez que descubrí el patrimonio fue a través de las historias que mi abuelo me
contaba siempre. A mí esas charlas
siempre me gustaban mucho porque me contaba muchas cosas interesantes y
divertidas de cuando él era un crío. Él siempre me contaba lo que vivió en la
mili y, aunque a veces pudiera llegar a verse pesado, a mí esas historias que
él me contaba me daban vida, también siempre me contaba cuentos los cuales a él
se lo leía a él sus abuelos”
Yenci García
“Recuerdo que
la primera vez que conecte con la palabra patrimonio fue cuando viaje desde mi
país hasta donde estoy desde ese momento en el que ingrese en España esa
primera vez que salí a descubrir la maravillas que guardaba y que estaban por
ser descubiertas; lo recuerdo tan bien que lo guardo como un bonito recuerdo,
ese recuerdo que de mi cabeza no se va fue el día en que visite el zoo, la
sensación de poder tocar y ver los animales, sentir el ambiente de las personas
de mi alrededor, saber que no soy la única persona”
José Luis Hernando
“Todavía me acuerdo de ese día ese día en que por
primera vez fui a ver Medina Azahara. Recuerdo perfectamente de las
sensaciones que tuve cuando llegué al lugar. Tendría como unos 11 o 12 años.
Cuando me subí al autobús estaba super nervioso y emocionado, cuando por fin
después de unos minutos inquietos logramos entrar. El paisaje tanto del lugar
como de las afueras del recinto era espectacular porque era un día de primavera
donde no hacía ni calor ni frío. Los aromas eran naturales y frescos. Una
de las mayores sensaciones que tengo al visitar Medina Azahara es de
tranquilidad e interés, ya que el lugar es muy bonito y relajante. Para mí este
lugar es patrimonio porque desde pequeño me ha gustado mucho y el lugar está
situado en una buena zona ya que está al lado del campo y visitarlo es una
pasada porque no hay ruidos de coches y los animales y el color verde de la
naturaleza le dan unas sensaciones , que no he podido olvidar todavía. Una de
las cosas que aprendí y que a día de hoy me acuerdo es de los agujeros de donde
estaban antiguamente las puertas. Otra de las cosas que me gustan más sobre
Medina Azahara es el horno donde hacían el pan, ya que todo el lugar está muy
bien conservado”
Como podéis comprobar, el mayor recurso patrimonial de
nuestro centro son sus alumnas y alumnos.
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